Monday, February 12, 2007

La tragedia de un circo de pulgas


Partieron de ese pueblo a aquél. En el viaje se divirtieron cuanto pudieron. Daban vueltas en la rueda de la fortuna y se lanzaban de espaldas hacia la alberca miniatura. Tomadas de las manos bailaban y se mecían una y otra vez en los columpios. Muchas de ellas vomitaron por los mareos. Pero era divertido, finalmente les esperaba una larga jornada de trabajo en su próximo destino.

La carreta viajaba sobre sus cuatro ruedas. Las pulguitas brincaban cada vez que una piedra se atravesaba entre las llantas, y muchas veces tuvieron que rearmar los juegos. Un grupo de pulgas-macho que se encontraba en un rincón de la cajita, había tenido que reiniciar ya cuatro veces su partida de pocker. Una de ellas se quitó molesta el sombrero y lo tiró al piso. Luego lanzó un par de maldiciones.

Así rodaban las pulguitas sobre aquellas cuatro ruedas. El dueño del circo, mientras tanto, contaba las ganancias y se limpiaba el sudor con un pañuelo de bolsillo.

Pero el accidente fue fatal. Nadie ha podido decir con exactitud, el número de víctimas y la cantidad de las pérdidas. Cuando la carroza se volcó en aquel barranco, la cajita donde habitaban las diminutas pulgas se salió por la ventana. En su interior se escuchaban los gritos de desesperación. La rueda de la fortuna había aplastado a varias de ellas. Los cuerpos yacían desmembrados. Las patitas microscópicas hacían del espectáculo un horror del que era mejor apartar la vista.

Las sobrevivientes, perdidas en medio del barranco, cedieron ante el hambre y la soledad. El dueño del circo lloró esa noche; en parte era por las heridas que le había ocasionado el accidente. Pero al día siguiente había conseguido un nuevo socio y un nuevo negocio; su futuro, después de todo, era prometedor. El hombre del que hablamos era un experto en el arte del olvido.
Imagen: William Blake. "Espectro de una pulga"

Noemí Mejorada at 12:33 AM

2comments

2 Comments

at 10:10 AM Blogger Vala Sailhin said...

El arte del olvido...preciosa cualidad pero inexistente.

Un beso

 
at 4:28 PM Blogger Noemí Mejorada said...

Sobre todo cuando la profesión que se ha elegido tiene como principio fundamental resguardar y conservar la memoria.

Reina, creo que hemos errado la profesión. Hay que comprar mejor un circo de pulgas para viajar de pueblo en pueblo... O mejor nos conseguimos una memoria de esas que duran un día o dos...

 

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