Tuesday, March 13, 2007

Cuando la memoria se asemejaba a un ovillo enredado y buscaba el principio



En el papel amarillento resguardado dentro de aquel viejo armario se observaban todos aquellos trazos ilegibles de una tinta antigua… olvidados, casi perdidos en los rincones, inmóviles, acompañados de un viento inerte. El viejo armario no volvió a abrirse jamás… solo nos queda la memoria… he ahí el puente que nos conecta.

Siguió caminando mientras pensaba en todos los recuerdos de aquella vida; perseguía imágenes, palabras, olvidos. Se detuvo y observó que nada había cambiado: la vida era la misma desde entonces, lo único que hacía parecer que el mundo era otro, eran los edificios a su alrededor, el concreto debajo de sus pies, su imagen frente al espejo… pero la luna iluminaba de la misma manera su rostro.

Pasó esa noche intentando conciliar el sueño. ¿Qué pensó la mujer en la cama antes de dormirse? …

No hizo más que intentar rescatar cada uno de los fragmentos de su vida; figuraban en una serie imágenes incoherentes, desordenadas. La confusión de no recordar siquiera el orden, de contarlas, de intentar ordenarlas. No se dejaban sujetar, bailaban deliberadamente. Cuando logró colocar cada una en su sitio; cuando solo quedaba el espacio para la última pieza del rompecabezas, soltaron una carcajada y volvieron a su eterno baile. Entonces su historia se descompuso una vez más, una vez más de las que espera un número infinito…

De golpe, lo recordó todo…

Foto: Lilya Corneli

Noemí Mejorada at 5:46 PM

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