Tuesday, July 03, 2007

Sobremesa




03:51 p.m.


Los restos de pollo yacían devorados en el platón. Las copas de vino, medio llenas, agonizaban a la par de esa hora que estaba por morir. Entre sorbos de vino y bocanadas de cigarro pasaban lentos los minutos.



-¿Has violado alguna vez el reglamento de vialidad? Dicen que si lo haces, en ese mismo instante, se abre una puerta del auto y tú, acérrimo violador de reglamentos, sales rodando sobre el concreto. Bueno, al menos eso me dijeron en el departamento de tránsito. Me parece que está escrito en el libro de la vida.

-El gran libro de la vida. Nadie lo ha visto jamás.

-Estoy temeroso. Anoche, de regreso de casa de Ana, olvidé por completo la existencia del gran libro de la vida y me pasé la luz roja. No había más autos, la calle estaba desierta, y decidí hacerlo. Nadie pudo observar mi delito. Las cuatro puertas del auto permanecieron cerradas. Tal vez el gran libro de la vida esté esperando el momento indicado para lanzarme desde el auto, quizá está aguardando a que me acerque a un lugar en verdad riesgoso.

-O quizá te haya condonado.

-¿Y porque lo haría? Soy un violador de reglamentos, merezco el castigo.

-No lo sé. Pásame los cigarros, ¿quieres café?

-Voy a rodear la barranca hoy que voy a trabajar.

-Y las glorietas.

-O mejor dejo el auto aquí y me voy en el transporte colectivo.


A las cinco con cuarenta minutos, se registró uno de los accidentes más graves en lo que va del año. Un microbús cayó diez metros en la barranca del callejón del órgano. La tragedia ha sido calificada como un hecho insólito, ya que solo hubo un muerto. Un hombre de aproximadamente cuarenta años, salió del vehículo por la puerta trasera, la cual se abrió inesperadamente durante la caída.
Fotografía: Stefano Bernardoni

Noemí Mejorada at 5:47 PM

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