Monday, December 22, 2008

Magenta o la inevitable disertación sobre las pérdidas



I. Magenta

Cuando los tenues rayos del sol iluminaron la luna por el costado derecho Solé tenía ya cuatro noches sin dormir; se encontraba recostada en su sillón y tenía una manta sobre las piernas. Aquellas últimas horas habían sido largas, tanto que Solé había decidido no voltear a ver el reloj. Atenta, mantuvo fija la mirada en la pared color magenta.

De sus ojos colgaba la piel oscurecida por el insomnio; eran las 2:00 de la madrugada. Nadie estaba con ella en casa. Pensaba. Vivir, sin duda, era complicado, pero vivir después de una pérdida, era la muerte. La vida era, en sí misma, la muerte. Y ella estaba muriendo.

II. Retrospectiva

La puerta de la habitación estaba cerrada. Río caminaba de un lado a otro, parecía impaciente. En realidad lo estaba, eran las 4 de la tarde y Solé no regresaba del trabajo. Era muy extraño, sobre todo porque nunca se retrasaba en nada, digamos que la puntualidad le caracterizaba tanto como a él la impaciencia. Iba de un lado a otro, se sentaba en los rincones, se levantaba, iba al sillón, regresaba y repetía la operación al infinito. De pronto entró Solé cargando un paquete. Río quería sonreír, sin embargo se sentía molesto con ella. Así que no lo hizo, y permaneció en el sillón sentado sin emitir sonido alguno. Solé, con una sonrisa amplia y hermosa, lo miró, corrió hacia él y lo abrazó fuerte. Le dio miles de besos y lo apretó contra su pecho.

-Mira lo que te traje Río. ¡Es un regalo! No pude resistirme, lo vi y entré en la tienda. Es hermoso ¿no te parece? Póntelo, ¡ven!

Y con algo de dificultad le puso el suéter color magenta.

-Ja, ja, ja; Río, ¡te ves guapísimo!

Río no tuvo otra opción que agradecer el detalle, después de todo, la tardanza estaba justificada. Se le acercó y la acarició suavemente.

III. El Río

Solé acostumbraba ir a pasear al río de noche. Se abrigaba bien, salía de casa y caminaba por el sendero iluminada por la luna. Al llegar al río, se sentaba en su orilla y permanecía en silencio observando la quietud del agua. Cada noche era única e irrepetible, por eso no faltaba nunca.

Una noche, mientras Solé se perdía en la belleza del apacible río, Río merodeaba el sitio. Desde detrás de los arbustos miraba atento a Solé con su mirada redonda de luna llena. Quedó como hipnotizado. Se acercó lentamente, silenciosamente, hasta estar a sólo un metro de ella. Se sentó a su lado y la miró como nunca nadie la había mirado antes. Desde entonces ella le llamó Río y lo llevó a vivir a su casa.

IV. La inevitable disertación sobre las pérdidas

Juntos lo habían vivido todo. Ahora Río ya no estaba y ella intentaba comprender la pérdida. Se preguntaba si acaso podría seguir adelante, si existiría algo más para ella en el mundo. La vida sin Río era absurda y absolutamente inadmisible.

Los botes de pintura yacían vacíos por doquier, el color magenta se escurría por todas las paredes. Solé estaba manchada de la cabeza a los pies. Las lágrimas se le habían atorado en la garganta; la vista se le había paralizado en sus recuerdos. Río, Río, Río.

La luna estaba siendo iluminada por el sol, pero sus rayos no alcanzaban el sillón donde se encontraba Solé. Una oscuridad se había colado apoderándose de todo cuanto había en la casa. Sólo el magenta brillaba como si tuviera luz propia. Solé moría poco a poco.

Si alguna vez volviese a ver a su gato... se quedó sentada en el sillón con la cobija sobre las piernas, mirando fijamente el color magenta; pensando en Río y en las tardes maravillosas de un ayer que se le antojaba lejano e inalcanzable. Las lágrimas se le desanudaron inesperadamente cuando pensó en aquella primera noche, y entonces lloró durante tres largas horas. Una hora, dos horas, tres horas. Solé encogió las piernas, cerró los ojos y se quedó dormida. En su sueño pudo ver la imagen difusa de un gato mirando en silencio a una chica que, sentada, se había dejado perder en la pasividad del agua de un río color magenta.


Para Ravioli

Noemí Mejorada at 12:58 AM

12comments

12 Comments

at 1:32 PM Blogger Kiddo said...

This comment has been removed by the author.

 
at 1:33 PM Blogger Kiddo said...

Me hiciste recordar la muerte de mi Novita. Es increible como la muerte de una mascota puede dejarte un vacio tan enorme.

 
at 11:20 AM Blogger Pete...! said...

Aaaay no! No me digan que le pasó algo a Ravioli...

:(

Yo sé que me pondría muy triste si se me muriera mi Pikis... y Ravioli es tan bonito, parece una alcancía que no se deja agarrar, me da pesar que le haya pasado algo.

:(

Bueno, mientras me entero bien, te deseo feliz navidad y a todos los que te leen también.

Feliz navidad Mimí!!!

:)

 
at 2:31 PM Blogger Noemí Mejorada said...

Kiddo, me imagino... que feo!!! mi roomate tiene un gatito, se llama Ravioli, y cuando leyó el cuento se puso a llorar!!! nomás de pensar en rav!!!

:(

un abrazo!

Pete: nooo, no le paso nada! por fortuna... ravicho anda como siempre, de loco rasguñando muebles! jajaja

Te mando un abrazote! y te deseo también que pases una happy happy happy navida!!!

besisimos!

 
at 7:04 PM Blogger Vala Sailhin said...

Bueno, tuvo que pasar algo de tiempo para qe yo pudiera dejar un commt...me impacté, mas ahora puedo hacerlo. Este texto, particularmente, me parece conmovedor, hermoso, con muchísima sensiblidad...Si pretendiera decir algo sobre la calidad reincidente en este lugar, pues sería redundante. Texto hermoso, la Magenta de bushido, o la Magenta de las paredes que ahora compartes conmigo (oficialmente)... No es necesario que te diga la manera en la que admiro lo que haces. Sólo quisiera aporvechar el espacio para pedir que no dejes de hacerlo.
Te quiero....

 
at 8:25 PM Blogger rogelio garza said...

al principio creí que se trataba de un perro.

también me acordé del Tutti Frutti, mi perico que murió de una infección respiratoria. le lloré tres días. después del Tutti no he vuelto a tener mascota.

besos rotitos

 
at 11:06 AM Blogger Samantha said...

Yo era muy niña cuando supe lo que era perder a un compañero especial y de verdad no lo entendía, simplemente no podía dejar de llorar cuando mi primer perro murió de parbovirus, después Pelusa desapareció misteriosamente y todavía sueño con ella y se me apretuja el corazón deseando con toda el alma que no haya sufrido; "Solo" murió de moquillo y tenía la pansa llena de tumores para cuando lo llevé a "dormir", después llegó Pepo, mi bebé, a quien dejé para iniciar una nueva etapa y a quien todavía le lloro de vez en cuando, sin embargo cuando voy a visitarlo me recibe con tanto amor que siento que nunca nos separamos realmente, es impresionante la nobleza de su corazóncito pequeñito. Ahora tengo un gato, se llama Thomás, parece una vaquita peluda, es un bebé que desde el D. F, vino para estar conmigo, espero que hagamos buena mancuerna y que si algún día nos tenemos qué separar, no suframos tanto.

Besitos¡¡¡, este post es hermoso, snif, snif¡¡¡

 
at 6:56 AM Blogger Vala Sailhin said...

EScribe!!...

 
at 5:37 PM Blogger Lilith said...

Hacia mucho que no podia dejar comentarios, pero si leia de ves en cuando, buaaa me acorde de mi kioko que se murio el 24 de dic. si me peso bastante y si le llore.

Aun lo recuerdo y me da pesar q muriera tan pronto, por lo pronto no quiero tener otra mascota.

muy linda historia, me gusta mucho como escribes.

 
at 12:00 AM Blogger Pável said...

Un soneto para ti, que una noche iluminaste ese lugar donde nos conocimos. Un soneto para ti, que eres tan hermosa como tus cuentos, pero más transparente que ellos, que están llenos de fascinantes trampas.

Un soneto para ti, que vestida de rojo te estampaste en mi memoria como sólo puede hacerlo una pared magenta.


RIO/MAGENTA

Cuando vagaban por la piel del río
mis ojos, oquedades incoloras,
los tuyos, de pasiones delatoras
borraron de un plumazo todo el frío

Se fueron entre risas varias horas
al margen de las aguas te hice mío
domarte fue tremendo desafío
pues es tu libertad lo que enamora

Te fuiste y me dejaste en duermevela
te fuiste y la tristeza se derrama
no volverá a pasear tu piel canela

Es un muro magenta lo que queda
y un suéter que debajo de la cama
creyendo que vendrás, aquí te espera.

 
at 7:12 AM Blogger Vala Sailhin said...

Biutiful!!

oye, si se hace lo de las carolas colectivas, deberíamos invitar a PAvel!

:)

BEsos!!

 
at 7:30 AM Blogger Noemí Mejorada said...

Cierto, sería genial!!!!

 

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