Friday, October 27, 2006

NOSOTRASH

Arte...

Noemí Mejorada at 12:51 PM

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Wednesday, October 25, 2006

La mujer permitió...


La mujer permitió, “yo puedo”, se dijo a si misma y se lanzó de espaldas de aquel barranco. Mientras caía pensó: “no siento miedo, solo al golpe en el corazón… todo fuera como caer y morir. Después de la muerte está el vacío… pálido como la luz de la luna, acompañado de la oscuridad de todas mis noches. Me la guardo en la bolsa, mi luna, y me dejo caer… el peso extra hará más veloz la caída y más llevadera mi estancia en aquel lugar”.

Por las noches sale acompañada de ella, la saca de vez en cuando para iluminar los pasos que a tientas da; pero en medio de la confusión la ceguera invade el corazón de cualquiera.

La mujer permitió, “seguro será cuestión de tiempo” se dijo, y se lanzó de espaldas desde el acantilado más alto. Tomó su corazón y lo guardó en la bolsa, pensó que así no correría peligro. Mientras caía pensó: “no hay hueco que deje escapar a mi corazón, si lo protejo, si me lo guardo…todo se reduce a caer y morir, pero siempre al lado de mi corazón”. Por ello es que lo lleva siempre consigo, y cuando lo renta (solo en ocasiones imprescindibles), procura llevar siempre el papel firmado, el contrato por medio del cual se acordó el precio y el tiempo… en caso de un desperfecto, una denuncia lo arregla todo.


La mujer arriesgó, con un suspiro se arrancó el corazón y lo entregó sin pedir nada a cambio. Se vio expuesta en una cama, desnuda, reducida a cero. Con una mano sostenía la mitad de un corazón agonizante, con la otra trataba de alcanzar los pedazos rojos, ensangrentados de la mitad de corazón que habían esparcido por toda la habitación. Mientras se vestía pensó: “el rojo líquido de mis últimas noches me ha atragantado hoy… mañana buscaré el piso más alto del edificio más alto y me tiraré de frente, esta vez de frente”.

De pie, frente al vendaval, con los bolsillos vacíos y los ojos llenos de lágrimas, sentía el vértigo común que acompaña a las mujeres que pretenden huir. Mientras se tambaleaba pensó que era más fácil si se lanzaba de espaldas. La espalda era segura, sin mirar abajo. De espaldas podía aún distinguir la figura, aplazar la última huída. En ausencia de un corazón que guardar, tomó la última ilusión y se lanzó con los brazos abiertos. Abajo la espera el golpe, certero, infinito, un golpe atroz que no mata, que se repetirá mientras la caída sea cobarde y esperanzadora, mientras que encuentre pretextos que guardar en las bolsas, hasta que le ponga la cara al frío concreto de que está hecha la muerte del alma.

En confidencia con el que arranca los corazones pidió una última oportunidad, explicó que es insoportable vivir así, reveló el secreto más importante de su ser: el componente esencial de que está hecha su voluntad es volátil, basta un segundo de confianza para hacerlo estallar. El arranca corazones respondió: “no lo sé” e inmediatamente sintió como cada célula de su cuerpo experimentaba la explosión más conmovedora. Estaba lista para una más, solo debía buscar un nuevo barranco, un nuevo acantilado. Debía situarse cerca para asegurar su pronta llegada en situación de emergencia.

Noemí Mejorada at 10:19 PM

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¿Qué es una mentira?


La Rota Beauvoir

¿No te habías dado cuenta? siempre fue mentira…

Dejarse llorar hasta deslavar los propios ojos, dejarse caer después de verse en los ojos llorosos, compartir la cama con la espalda helada, dejarse, escuchar el silencio, sonreír cuando llega en barco de papel, pretender que el papel no se hundirá en medio de la tormenta, no tener quien sueñe los sueños construidos ayer, dejarse querer bajo una noche estrellada, saberse tan eterno en el justo límite del tiempo, dejarse reír en la boca ciega, sentarse frente a la credibilidad, creerla, extender la mano al vacío en el vacío, verte alejarte pensando siempre en tu regreso, encontrar a la persona que lea en lengua imaginada todos los sueños, confiar el cuerpo a la caída, buscar debajo de la tierra las estrellas, dejarse comprender por cualquiera, esperar que el sol entre un día de estos por mi ventana, alimentar con agua la sed de un cadáver, verse reflejada en las cuencas vacías, planear la vida en una madrugada, vivir los sueños a la luz del día, olvidarse del dolor en medio la costumbre, fumarse los restos, abrazar de frente, recostarse en el hombro y respirar una profunda calma, colgarse de las heridas, tratar de sanarlas, beberse los miles de labios que no son los suyos, dormir con uno, con dos, con tres, despertarse con el aroma de su ausencia impregnado en la piel, llorarse un vez más, caminar toda una noche esperando tropezar con un nuevo color, colgarse los restos en el pecho, despojarse y dejarse ir, construir figuras con las manos recostada sobre tu pecho, sentirse tranquila a mitad de la semana, sentarse a la orilla de la cama a esperar, enseñarse a matar en defensa propia, definir los lineamientos de un amor amorfo, resignarse a perseguir lo inalcanzable, mirarse a los ojos en una terrible oscuridad, sacudirse la verdad de los oídos porque es sospechosa, limar con cautela la esperanza, dejarse por completo a la apariencia, renunciar a la identidad, preferir la máscara, prestar el corazón a lo desconocido, dejar de creer pero solo superficialmente, tenderle torpemente una trampa a la estafa, decir a voz abierta que no lo quiero, soñar con no quererlo, esperar de la tecnología la pronta presencia, materializar una ilusión en los espejismos, creerle, comprarnos una linda historia, esconder la propia, amar profundamente y decir que no es amor, darle a la apariencia el nombre correcto, permitir que todos la llamen amistad… ¿En verdad no te habías dado cuenta?...

Noemí Mejorada at 9:34 PM

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Monday, October 16, 2006

El vendedor de problemas (primer capítulo)



El vendedor de problemas salió esta noche. Llevaba los bolsillos repletos de conflictos e inconvenientes. Caminaba despreocupado, esperando encontrarse con el comprador perfecto...
Salí de casa esta noche con el corazón vacío, y un bolso tan ligero que fácilmente podía confundirse con una pluma. Caminaba despacio, atenta...
Las calles estaban mojadas; decidí detenerme un instante a observar las figuras del piso. Se formaban en el mismo momento en que la luz del arbortante se ponía en contacto con los charcos de agua, que se mantenían en movimiento debido a la incesante caída de las gotas de lluvia que aún se desprendían de las estrellas. Parecía no compartir ese espacio con nadie.
Lancé una moneda al aire, que pronto se hundió en uno de los charcos más profundos, justo al lado de mis pies. Voltee hacia abajo. Y su sombra se acercó, y su sombra se reflejó en el movimiento del agua. Las gotas seguían cayendo; se lanzaban desde las estrellas en un vuelo veloz hacia un suicidio silencioso. Ví acercarse un par de negros y puntiagudos zapatos. Giré la vista, poco a poco, hacia arriba; y una gota de estrella golpeó tan fuerte mi cara, que ya no pude ver nada...
Sentí un ligero peso en el pecho. Los pasos se escuchaban alejarse.
Foto: Lilya Corneli

Noemí Mejorada at 10:35 PM

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Sunday, October 08, 2006

La Rota Beauvoir

La Rota Beauvoir

El infortunio

Clock, clock, clock, salió de la recamara hacia la puerta de salida mientras un sueño ligero advertía que al salir…

- ¿Cuánto tiempo te vas a tardar? ¿En cuántos años regresarás? - La pregunta no obtuvo respuesta.

De reojo vi al INFORTUNIO asomarse con discreción, la tiza, sobre la pared, advertía: el infortunio, el infortunio…

Pálida desgracia, desafortunada salida, peligro en espera. Clock, clock, clock. Los pasos continuaban avanzando, las llaves se asomaban de entre el bolso, la puerta inevitablemente se abriría…

Infortunio que espera detrás de la puerta, infortunio que salta a los hombros después de salir, infortunio que deja caer sobre los hombros todo su llanto, un llanto que pesa más que la tristeza.

Yo estaba recostada en el sillón y ella salió…

Clock, clock, clock… la puerta se ha cerrado desde afuera, dentro estamos la tiza y yo solas, sorprendidas e inmóviles…

La inmovilidad me impidió saltar y advertir con fuertes palabras, la advertencia se quedó dormida sobre la pared.

Noemí Mejorada at 9:49 PM

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Wednesday, October 04, 2006

La Rota Beauvoir

La Rota Beauvoir


En el sillón están soñando... la silueta se tambalea de frente al salto que está próximo a dar... frente al barranco.

Sueño que pesa más que el vértigo, vértigo que sueña con caer, sueño que sueña con la muerte.

Suicidio de colección, suicidio de ensueño, suicidio que no sangra, suicidio atrapado entre paredes y sillones.

Sueños muy pesados, sueño de caída certera, sueño de sillón, sueño que sueña con reprsentar una muerte real: la muerte del hombre que decidió acurrucarse en su sillón, de noche... la muerte de aquellos cuerpos que solo se atreven a lastimarse así, de noche...

Noemí Mejorada at 10:42 PM

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Tuesday, October 03, 2006

La Rota Beauvoir


La Rota Beauvoir

Vida-pared: la costumbre que no suelta

Pasé tanto tiempo anidando en esa pared... era difícil cambiarme de zapatos. Uno por uno, fui perdiendo los párpados; qué más daba! de noche prefería no cerrar los ojos.

La piel de una espalda necia y los pedazos de cabello negro son ahora los recuerdos del tibio bienestar de permanecer recargada. Seguridad que lleva a cualquiera a no querer despegarse; seguridad que indica que el hogar se encuentra ahí...

Arrancarse con todas las fuerzas sin importar correr sangrando; dejar escurrir la sangre tras de sí... Afortunadamente esa sangre indica que el camino de regreso jamás debe recorrerse... jamás si se desea reconstruir las celulas muertas...

Noemí Mejorada at 6:25 PM

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Sunday, October 01, 2006

La Rota Beauvoir

La Rota Beauvoir


Noche tras noche se arrastraba por los rincones, buscaba certezas y corazones. Se detenía de vez en vez para sacudirse del cuerpo un silencio antiguo para luego renovarlo, y de paso lamerse sus largos y puntiagudos dientes. Era un bicho, un bicho solitario que se había arrastrado siglos y siglos... hacía mucho tiempo que había perdido el rumbo. Era como una flecha caída que indica el camino hacia cualquier lugar que el viento decida. Una flecha caída, un bicho que había perdido el centro, un monstruo que viajaba siempre en dirección contraria. Tragaba desesperado, silencioso por temor a ser descubierto. Cada vez que escucho su respiración agitada entiendo que se encuentra muy cerca... sé que descansa, y estoy segura de que un pecho está sangrando. Cada vez que veo su sombra en algún rincón de mi habitación siento como si la noche entera cayera sobre mi, me golpea una fuerte impresión, de esas que hielan hasta los huesos...

Noemí Mejorada at 7:40 PM

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