Sunday, February 25, 2007

La experiencia de la ceguera

Estamos ciegos y el mundo no se ha detenido ni un segundo para ayudarnos a cruzar. Andamos de un lado a otro chocando contra las paredes, alcanzándonos una manzana en lugar de los ajos, la pimienta o la sal. Bebemos café acido y salimos a la calle con un zapato rojo y otro azul. Hemos desarrollado la capacidad de encontrarnos y no sentirnos; de salir en lugar de entrar; de apagar la luz y movernos como peces sin agua.
Pero aun así seguimos andando. Al fin y al cabo, no podemos ver los moretones o la sangre escurrir por la nariz.


Foto: Katarzyna Widmanska

Noemí Mejorada at 8:42 PM

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Sunday, February 18, 2007

Mi nombre en chino


Érase una vez unos lindos pajaritos que cantaron mi nombre en chino.

Noemí Mejorada at 8:22 PM

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Monday, February 12, 2007

La tragedia de un circo de pulgas


Partieron de ese pueblo a aquél. En el viaje se divirtieron cuanto pudieron. Daban vueltas en la rueda de la fortuna y se lanzaban de espaldas hacia la alberca miniatura. Tomadas de las manos bailaban y se mecían una y otra vez en los columpios. Muchas de ellas vomitaron por los mareos. Pero era divertido, finalmente les esperaba una larga jornada de trabajo en su próximo destino.

La carreta viajaba sobre sus cuatro ruedas. Las pulguitas brincaban cada vez que una piedra se atravesaba entre las llantas, y muchas veces tuvieron que rearmar los juegos. Un grupo de pulgas-macho que se encontraba en un rincón de la cajita, había tenido que reiniciar ya cuatro veces su partida de pocker. Una de ellas se quitó molesta el sombrero y lo tiró al piso. Luego lanzó un par de maldiciones.

Así rodaban las pulguitas sobre aquellas cuatro ruedas. El dueño del circo, mientras tanto, contaba las ganancias y se limpiaba el sudor con un pañuelo de bolsillo.

Pero el accidente fue fatal. Nadie ha podido decir con exactitud, el número de víctimas y la cantidad de las pérdidas. Cuando la carroza se volcó en aquel barranco, la cajita donde habitaban las diminutas pulgas se salió por la ventana. En su interior se escuchaban los gritos de desesperación. La rueda de la fortuna había aplastado a varias de ellas. Los cuerpos yacían desmembrados. Las patitas microscópicas hacían del espectáculo un horror del que era mejor apartar la vista.

Las sobrevivientes, perdidas en medio del barranco, cedieron ante el hambre y la soledad. El dueño del circo lloró esa noche; en parte era por las heridas que le había ocasionado el accidente. Pero al día siguiente había conseguido un nuevo socio y un nuevo negocio; su futuro, después de todo, era prometedor. El hombre del que hablamos era un experto en el arte del olvido.
Imagen: William Blake. "Espectro de una pulga"

Noemí Mejorada at 12:33 AM

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Friday, February 09, 2007

Mangos


Hay días en los que la vida puede parecer la más incomprensible de todas las creaciones divinas. Las crisis aparecen y los cambios se suceden unos a otros. Se cuestiona el sentido de la existencia humana, y salta a la mente la pregunta de si, en verdad, el modus vivendi construido casi sin darnos cuenta es el que se había deseado.

Pasa que María Laura se va con el ingeniero. Y se van a vivir juntos, a dormir juntos, a desayunar juntos y a criar a Ravioli juntos, compartiendo la responsabilidad de hacer de él un muy buen gato.

Hay cosas divertidas, como que puedo hacer una petición al mangos, para que envíen a un lindo chico en paños menores dentro de una caja de regalo. Y recibirlo en el departamento, y que baile un delicioso strip tisss... eso es, una despedida de soltera. O preparar una rica cena y abrir muchas botellas de vino tinto y celebrar y brindar por la nueva etapa...

Pero luego viene la crisis. Y los cuestionamientos. No hay por qué temer, los 25 años son una muy buena edad para la soltería. Para hacer la tesis y pensar en las maestrías; para viajar en grupo y dormir sola. No hay razón para preocuparse. 25... y el mundo es tan ancho!

En este momento no estoy segura si voy a recorrer el mundo. Me preocupa más qué ingredientes debo comprar para la cena. Y mañana tengo que salir a un bar.

Pienso en la fragilidad de los lazos familiares y humanos en general. A veces creo que la responsabilidad de este mal corresponde a todos. Pero luego pasan cosas como ésta y todas mis teorías entran en un estado de profunda crisis. Como yo.

Mi prima Paola caminó el otro día por la FIL. De pasada y de reojo leyó el título en la portada de un libro: “El alcoholismo en mujeres solteras”. Me contó lo sucedido, y la manera en que, usando el pretexto de su profesión de socióloga, tomó el libro entre sus manos y leyó las conclusiones. Nos reímos un buen rato y después nos fuimos a una cantina. Mañana voy a comprar una linda blusa y saldré a la calle. Voy a formar parte de las estadísticas.
Mimí
Foto: Lilya Corneli

Noemí Mejorada at 9:36 PM

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Thursday, February 08, 2007

Cotidianeidad


Mientras tú te recostabas de lado y apoyabas la cabeza en nuestra cómoda almohada de plumas, yo me subí los pantalones en tres dobleces para meter mis pies a calentarse en la tina de baño. Te mande un saludo desde allí pero no me viste porque tu espalda, delineada por las acostumbradas curvaturas, se encontraba frente a mí.

Saqué un pie silenciosamente y lo sequé en el tapete gris. Luego hice lo mismo con el otro. Pero el frío volvió a congelarlos. Casi sentí como se re-re-squeb-b-brajaba el hielo en pequeños fragmentos sobre la duela. Y me puse mi camisón de seda.

Si no hubiera saltado a la cama, quizá no te habrías despertado y perdido la página que cautelosamente guardabas en sueños con el pulgar derecho. Lo lamento, olvidé los separadores de papel reciclado en la paquetería del supermercado.

Pero te quiero, y adoro esa forma tuya de separar las hojas de los libros con el pulgar derecho. Ojala tú adores la manera en que yo lo olvido todo; y las sorpresas que me hacen dar un salto en la cama cuando recuerdo, de manera inesperada, que adoro esa forma tuya de hacerlo todo.

Puedo observarte a través del espejo mientras duermes. Estratégica ubicación para no perderte de vista ni en mis sueños. Saludable cotidianeidad que permite que tú y yo, sigamos dando vueltas para siempre dentro del mismo círculo.

Anoche y hoy ha hecho más frío que de costumbre. A mí me encanta ser sorda.

Tengo frío… y no he podido dejar de escuchar que, en medio de esta espesa oscuridad, intentas decirme algo. Pero tengo los oídos entumidos, y prefiero cerrar los ojos y esperar a mañana. Esta noche no voltearé al espejo; tengo miedo de haber adquirido la habilidad de leer los labios. Esperaré a mañana, porque tengo la impostergable tarea de licuar, sin falta, un kilo de papel.

Ah! también puedo besarte mientras duermes y disfrutarlo como se disfruta una mañana y un arcoiris.

Mimí



Foto: Lilya Corneli

Noemí Mejorada at 2:59 PM

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Tuesday, February 06, 2007




Yo quisiera que quisieras estar conmigo todas las veces que la luna deje caer sobre mí sus enormes gotas color mercurio.

Y respirar profundo sumida en el contorno de tus labios; y decirte bajito, casi al oído, que me he convertido en un hermoso pez.
Foto: Lilya Corneli

Noemí Mejorada at 10:56 PM

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