Wednesday, October 03, 2007

De los tiempos de ceguera y otras cuestiones



Hace algunos años tuve la magnífica suerte de ver el mundo a colores. Diariamente abría redondos mi par de ojos cafés y hacia ellos se lanzaban, desde todas las direcciones, líneas de múltiples tonalidades; de circunferencias diversas y largos trazos. Enmarcaban las paredes, las hojas de los árboles, el vestido de algodón y los etcéteras que lo acompañaban. Coloreaban el azul celeste y el negro grisáceo del incomprensible reino de las sombras. Y todo ello sólo para ser captado por la redondez de mi mirada, para darle luz a las ideas y contornear, con un ligero destello, las letras de todas mis palabras. Afortunadamente pude ser testigo presencial de aquellos tiempos. Hoy ya nadie recuerda que en el mundo, la música pintaba el viento y con él los suspiros, así fueran huecos y desentonados.

Y la vida era mucho más ligera. Ni siquiera los hombres pesaban. En aquella época, la gravedad era una sencilla ecuación que existía para ser resuelta por cualquiera. POR CUALQUIERA. Así, el hombre sabía flotar. Yo misma recorrí un buen día con una pluma los acertijos matemáticos de las leyes gravitacionales, y aprendí a flotar entre nubes de color pastel. Así es, ésta era una época, sin duda, maravillosa.

Pero el hombre cambia fácilmente de opinión; su imperfección lo ha convertido en un ser impredecible y, por ende, susceptible a los errores. De esta manera, un día decidió olvidarse de todas las fórmulas de la naturaleza y se volvió pesado como el plomo. Ahora, en estos tiempos de ceguera, irremediablemente arrastra los pies cuando camina.

A esta época se le ha llamado el tiempo de la ceguera colectiva, y nadie sabe si tendrá fin. Este es ahora el reino misterioso e incomprensible de las sombras; del gris negruzco que se traga completas todas las líneas de colores.

En este tiempo de ceguera colectiva, también se ha perdido la memoria. Ya nadie recuerda el viento golpeando los rostros que surcaban los aires, ya nadie reconoce los fragmentos de luz petrificados en las piedras y los árboles. Estas, y otras, son las cuestiones de las que ya nadie se acuerda: la música y los giros multicolores; la levedad y el vuelo de todas las cosas.
Fotografía: Eugenio Recuenco

Noemí Mejorada at 9:29 AM

5comments

5 Comments

at 10:13 PM Blogger sirako said...

hermoso pero terrible.

nos estaremos perdiendo de muchas cosas, si no encontramos rascar en la tierra para llenarnos los dedos de sangre, al mismo tiempo que encontramos los secretos de los antepasados para flotar, volar y amar el mundo como se lo merece. pero no lo busquemos todo hacia el pasado que ahora hay quienes guardan estos secretos, pero enriquecidos (como el cereal), hay que aprender a mirar, primero para hallar a esos que pueden ver a colores, y luego convencerlos de enseñarnos. saludos :D

 
at 9:07 AM Blogger Vala Sailhin said...

Todo tiempo pasado...¿colores?...fue antes!! El tiempo de la ceguera no evitó el vuelo, al menos no siempre!.

Cada post más usted!!

Besos...

 
at 10:50 AM Blogger Noemí Mejorada said...

Yo sí que quiero encontrar a la persona o cosa que me recuerde todas esas cuestiones. Si tu sabes algo antes que yo, por favor escríbelo aqui si???

Muchas gracias Sirakooo!!! espero que estés muy muy muy bien... Yo seguiré riéndome mucho en tu blog..

Sigue cantando tan bonito... jijiji

Besosss!!!


Mi reina galáctica: Es cuestión de tiempo y de memoria. Los colores andan por ahí, solo hay que saber buscar...

Besitos hermosaaa !!!

 
at 9:18 PM Blogger Unknown said...

Aterrizando tras la plática fugaz en Lulio. Dejo rastro y espero siga la pista. Queda ahi el espacio, en el espacio el correo.

 
at 6:29 PM Blogger Juan Carlos Gutiérrez Mercado said...

Hola Señorita!!!
Cuando tuviste esa visión extraña y alucinogena??? No estás para saberlo ni yo para contarlo, pero no suelo aparecer en público, jajaja. Ya en serio, si fue el sábado en la estación de Lulio es cierto, ¡era yo! ¿Dónde estabas? ¿Con el buen Marts? Me hubieras saludado y de paso nos conociamos, ¿o es que planeas permanecer en el anonimato?

Y pasando a cuestiones serias es justo y necesario soltar el cebollazo que no es gratuito ¡Qué buen texto! Ya te dije desde la primera ves que me asomé por estas páginas que me parecen muy buenas. El tópico de esta ocasión, por lo demás, me deja apantallado. El tema de la ceguera colectiva es, en gran medida, responsable de gran parte de nuestros males. Un saludote que viaja por las coloreadas sonoridades del aire casi perdido.

JC

 

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