Tuesday, March 04, 2008

Historias de la insulsa muerte: el caso de Rebeca, Jaime y el transporte colectivo


En el parque de la ciudad…

Rebeca se encontraba plácidamente sentada en la banca de un parque, tenía las piernas cruzadas, los brazos también, y la mirada perdida en los diversos colores de las flores del jardín. Jaime la observaba desde la acera de enfrente, detrás del cristal de un café. Rebeca no había notado su presencia porque la mirada de Jaime no era de alto impacto como otras; pero sí muy insistente, así que pasaron varios minutos hasta que ella sintió la extraña atracción de una especie de imán que la hizo voltear hacia él.

A lo lejos vio a Jaime directo a los ojos y fue entonces que se dio cuenta de que él la observaba. Su postura era un poco relajada, se había dejado llevar por la tranquilidad inspiradora de los colores y olores del jardín y la joroba que se le había formado en la espalda aminoraba sus atributos estéticos. Se observó discretamente y, procurando que el movimiento no fuese brusco, sino todo lo contrario, con cadencia y desenvoltura, enderezó el cuerpo. Acomodó su largo cabello en un movimiento lento, y comenzó a mirar a su alrededor, esquivando la mirada de su espectador silencioso, mientras se concentraba en verse linda. Jaime sintió en ese momento una ternura desbordada, porque el esfuerzo de Rebeca era conmovedor y bastante obvio: buscaba agradarle. Y es que a Jaime siempre le había parecido muy gracioso el coqueteo con desconocidas; disfrutaba los esfuerzos que las chicas realizaban para ocultar sus imperfecciones naturales (ocultar sagazmente la pancita, levantar sensual y discretamente el busto, mojarse los labios con su propia saliva o untarse lo más sexy posible lipstick), y posar cual modelo de pasarela. Así que cada vez que tenía oportunidad de incitar a alguna a hacerlo, no la dejaba pasar por nada.

Ninguno de los dos se movió de su lugar durante un largo rato; Jaime permaneció en la mesa de aquel café disfrutando del placer de observar atento a Rebeca, estudiando cada uno de sus movimientos. Pensaba que si algún día pudiera conocerla, quizá por casualidad, podría echarle en cara ese día, decirle algo así como “¡qué bien posas, casi, casi como si tuvieras enfrente una cámara fotográfica!”, reírse, y hacerla reír. Rebeca también se quedó estática en la banca del parque porque disfrutaba el hecho de estar siendo observada, permaneció sentada frente a aquella cafetería porque le parecía bastante divertido ese juego de miradas silenciosas.

Rebeca movió lentamente la pierna derecha para cambiar de posición y cruzar la izquierda, y de paso aprovechó para sacar su lápiz labial y pintarse la boca sin dejar de observar a su atento admirador. Entonces Jaime le dio un trago a su café que ya se estaba empezando a enfriar y se imaginó un apasionado beso con ella. Inevitablemente sonrió, gesto que correspondió amablemente ella desde su sitio.

A partir de ese momento Jaime no dejó de sonreír, ya que Rebeca, en verdad, le parecía muy graciosa. Rebeca, por su parte, continuaba imparable en sus esfuerzos por verse bien y seducir con sus discretas artimañas a aquel guapo desconocido. Pero el tiempo no se detiene, y la temperatura del café agonizante de Jaime hizo que éste recordara que ya había pasado un buen rato desde su llegada a aquel establecimiento. Miró el reloj que se sujetaba con fuerza de su muñeca izquierda y comprobó que se le había hecho tarde. Bebió el último trago de café y se dispuso a guardar sus cosas: una pluma, un cuaderno de notas y un periódico. Rebeca sintió como si miles de mariposas revolotearan en su estómago porque pensó que Jaime se iba a atrever a acercarse. Pero no lo hizo; se levantó de la mesa, pagó la cuenta y salió del café. No volteó a verla, caminó de largo con el periódico bajo el brazo; preocupado por la hora y sin caer en la cuenta de que estaba siendo descortés con aquella linda chica. Entonces Rebeca le lanzó una mirada de pistola, pero Jaime no se dio cuenta porque iba apresurado a su cita. Rebeca, con un sentimiento de indignación atorado en la garganta, se levantó de golpe y caminó rumbo a su casa. Mientras clavaba rápidos sus pasos en el frío concreto pensó que así eran todos los hombres. Llegó a la esquina y, hundida en sus pensamientos, involuntariamente, se dispuso a cruzar la calle.

La prensa adjudicó su muerte a la ola de atropellamientos que había sacudido a la ciudad en la esquina de las avenidas 1 y 5 de la zona centro; cruce peligroso por las irregularidades en la instalación del sistema de señalamiento que, en lugar de fungir como una guía clara y precisa, confundía al conductor; así como al descuido de los choferes del transporte colectivo, los cuales manejaban “como si llevaran animales de carga”; decía el periódico al día siguiente del trágico incidente. Nadie, nunca, descubriría el verdadero móvil del asunto, porque Jaime paseaba ya por otros rumbos.



Fotografía: Eugenio Recuenco

Noemí Mejorada at 10:06 PM

16comments

16 Comments

at 6:09 AM Blogger Samantha said...

Queeé tal¡¡¡¡

Hermosa historia con un final tipo "Los amantes del círculo polar", recordé aquel día que salí corriendo tratando de alcanzar "al posible amor de mi vida" y de la emoción olvidé una vuelta con flecha muy engañosa que hay en la esquina del Súper G, sin embargo salí ilesa y valió la pena la arriesgada, porque aunque no era "el hombre de mi vida", obtuve un lindo besito en el pasillo de los jugos, jejeje.

Besitos linda, te extrañé :)

 
at 9:45 AM Blogger LINO FONTANA said...

Great!!! La espera fue recompensada con creces.

Pobre Rebeca, hizo lo posible por llamar la atención de Jaimito, pero si éste no hizo nada ante tal demostración de interés, seguro es que no la merecía.

Ahora que lo recuerdo, una vez yo iba en el camión y una chica bastante sexy abordó el transporte. Y cuando digo que era muy sexy I really mean that!.
Yo iba en el asiento de hasta mero atrás, e inexplicablemente ella se quedó parada en el pasillo al frente mío, a pesar de que había lugares desocupados por todas partes.
Como no me gusta parecer un enfermo mental depravado ni un acosador sexual (jajaja), volví la mirada hacia el lado contrario, pero para verla por el reflejo en los cristales del camión, y así evité incomodarle.

Todo iba bien y me estaba deleitando la mirada, hasta que en medio de tan erótico reflejo miré unos edificios muy conocidos, y me di cuenta que el lugar donde tenía que bajarme ya había pasado hacía mucho.

Ni modo, llegué tarde y me regañaron. Y argumentar "actividad hormonal desbordada" no me iba a servir de pretexto.
¡Que nunca les pase! jajaja

Muy bien Rotita, buena historia!!!

 
at 10:44 AM Blogger Seymus said...

osea que uno puede ser asesino sin siquiera sospecharlo, demonios si de por si ya era complicada mi vida que haré ahora con los posibles cadáveres que se me han cargado por ser tan "ojo fácil"??.

Me gustó, en definitiva me gustó.

Saludos Señorita Beauvoir

 
at 11:08 AM Blogger jerónimo said...

chale, ese final estuvo muy triste, yo soy Jaime =(

 
at 12:22 PM Blogger Noemí Mejorada said...

Samantha: Es ciertoooooooooooooooo!! jajaja, ya no me acordaba de ese episodio, sii, que dije, esta guera si que está re locaaa!!! jijiji, que tal, los recuerdos que se te despertaron después de conocer la triste historia de Rebeca... jaja, lo bueno que tu destino no fue el mismo que tuvo ella, uuuuuuuff, si no quién sería ahora mi pareja de dancing???

jajajaja... beso chulada, gracias como siempre por venir a verme!!!

:)

Fontana: jaja, no manches!!! y la chica ni en cuenta de que el GRAN LADRONZUELO la estaba viendo con ojos de lujuriaa!!! que desafortunada... nooo, jajaja, yo acá aventándome la cátedra y mi lavadaro aventando agua a todo lo que da, jajaja, que mensa... eso es lo que debo hacer en lugar de estar aquí pegada a la compu, ponerme a lavar como dios manda... (voy por los short´s de bibi que me prestó alvita, jajaja, pa lavar como lo hace lña chica del anterior post... uuhhh) pero bueno, en que estaba??? ahhh si, que que mala O que la chica nuuuuunca se dio cuenta de que el GRAN LINO FONTANA posó sus ojos en su figurín, ayyy que mal ehh, si algun día me toca, avísame no??? para guardarlo en mis memorias personales...

besito Fontanaaaaaaaaaaa!!!

Seymus: A poco eres de "ellos" noooo!!! cuantas habrán muerto... cuantas vaaaaaaaaan??? chale, que mal, espero que la próxima vez que te pase, que se te vaya la atención hacia una coqueta, antes de irte le pidas el fon, de menos para que llegue a su casa con vida, no importa que luego se suicide por que otro galán no se lo pidió, ese ya no será tu problema...

beso!!!

:)

Jerónimo: Si, ta triste, porque ésta pobre de verdad se ilusionó, por eso es mejor no creer en el amor...

:(

saludos!!!

 
at 6:27 PM Anonymous Anonymous said...

auch, el final me dejo pensando :'(

no siempre debe terminar asi? o sí?

 
at 7:25 PM Anonymous Anonymous said...

=(...

....=(......

.........=(.........ay nooo! sentí horrible, te juro que pensé iba a correr tras él para reclamarle, nosé.. estoy confundidaaaaa!!!ay noo, y con su lipstik en su bolsita y todo...=(
Qué trágico final... buaa!
mejor me voy, esque ando sentimental.

 
at 7:22 AM Blogger Vala Sailhin said...

Ese episodio es lo que en mi bar llamamos una gran SUSANADA, ja ja!!, ay, no, lo peor es cuando una anda alevosamente hacièndose la diva, la muy fifi...pintàndose una boca que no es la propia! Ah, que historias!!. En fin, el fin no es triste, es una SUSANADA, a veces estas pueden ser mortales...como cuando una amiga cayó a un hoyo afuera de un bar escapando de un mal hombre...o aquella (que no soy yo) que se cayó en un charco gritando...taxi!!, después de escapar de un mal hombre!! Ah, que feliz soy!! No es un defecto, es un don!!
I love u Lady ROta

 
at 8:40 AM Blogger cervantes said...

Rota buenisimaaa !!

no, perdon...

rota, buenisimaaa !!

así era... una coma es lo mas importante, no te me vayan a atropellar y luego que leemos... jajaj.. increible historia corta rota ..

una de mis favoritas desde que soy tu lector, llena de imaginación...

y con un buen desenlace...

buenisima rota, buenisima...

 
at 10:17 PM Blogger Noemí Mejorada said...

Manuelito: No, ojalá que no!!! porque habemos muchas re voladas, que... que miedooo!!! jajajaja...

besos!!!

Aimeé: ya supéralo... y tranquila, si necesitas algo sólo llamame... no te deprimas y no pienses en hacer alguna tontería eh!! aguas, que la vida es lo más preciado que hay, y si no pregúntale a Rebequita... muajaja...

The Galactic: Yep, asi es, cada historia evoca una imagen, lo que me da risa es que casi siempre son del tercer tipo... jajaja, la boca que no es miaaaaa.... jajajajajaja, que mensadas...

te quiero chulaaa...

muack muack!

Ademyr: mejor le quitamos la coma y de pasadita se me levanta el autoestima, jajajaja... que gueno que te gustó!!! oye... sigo esperando lo que me prometiste eh... mi papel tapíz...

:(

Mira que feo blog!!!

:(

Beso!!!!!!!!!!!!!!!!

 
at 8:53 AM Blogger LINO FONTANA said...

Sí, Rotita, hay que cambiarle los manteles a la mesa de vez en cuando, para que la rica comida que se sirve en ella se disfrute más.

Y con tanto deleite de historias que nos cuentas, caería bien que le dieras una manita de gato al localito jajaja para que se vea renovado.

Me encantó la historia, y su final aunque trágico, es coherente a lo que la situación describe. Mejor no hay.

Au Revoir!!!

 
at 10:12 PM Blogger rogelio garza said...

chin!
de haber sabido que le iba a suceder eso le hubiera hecho la plática, no estaba mal la chava.

Atentamente,

Jaime

 
at 5:12 PM Blogger Noemí Mejorada said...

Jajaja, el asesinoooo!!! vino muy orondoo... chale, que cinismo...

jajajajaja!!!

 
at 10:00 PM Blogger rogelio garza said...

sobre tu trip al mx, pues espero tu reseña con ansia.

nadie aprende en cabeza ajena. cuando tienes que ir, vas.

 
at 11:18 PM Blogger Juan Carlos Gutiérrez Mercado said...

Wow!!!!!

Rotita. Hoy no tengo palabras. Sólo interjecciones. Wow!!!!!!!

Creo que me estoy enamorando (Pero no se lo digas a Mimí)

JC

 
at 1:23 AM Blogger Noemí Mejorada said...

Jajaja, que lindura!!!

No le voy a decir nadita de nada...

un besitoooooooooo!!!

:)

 

Post a Comment