Sunday, April 06, 2008

Historias de la inmortalidad humana o el día en que Tomás temió ser, verdaderamente, Highlander


-Oye viejita, ¿pues que te traes? Hace días que te veo decaída, como ausente.
-¡Claro, Highlander, como tú eres eterno y los años y el dolor no pasan sobre ti, crees que los demás corremos con la misma suerte!
-Ay, vieja, claro que no. Si a mi también me duele a veces el estómago y las gripas éstas que no me dejan en paz me cansan tanto que a veces no me puedo ni levantar del sillón. Sin mencionar mis inservibles piernas.
-Ay si Tomás, pero a ti no te dan éstos mareos infernales, éstas jaquecas insoportables, éstos ascos que sólo son comparables con los que trae consigo el embarazo en su versión más asesina.
-¡Si, claro, las mujeres siempre sintiéndose exclusivas por tener útero y ovarios! como si su dolor fuera el más intolerable; el más insufrible. No se por qué me da la impresión de que, a lo largo de los años, las muchas generaciones femeninas han encumbrado sus achaques a una altura insospechadamente falsa e inexistente. Y nosotros, los hombres, hemos creído esa gran mentira teniendo para con ustedes cuidados extremos e innecesarios. No sé por qué tengo esa impresión, y tu cara me lo confirma. Deberías ver el gesto que acabas de poner, es igual al de aquellos que han sido sorprendidos en medio de un acto delictivo y disimulan para que la sociedad piense que nada han hecho, que nada ha pasado.
-¡Mira inmortal insensible, piensa lo que se te de la gana! de todas maneras tu condición de hombre te impide entender cualquier asunto femenino. Y no quiero hablar más del tema, que siempre que llegamos a éste punto, terminamos peleando.

Tita se sacudió los malos pensamientos de la cabeza con el sacudidor; se limpió de la boca las palabrotas que estaba a punto de decir y se puso a arreglar su casa. La ropa de Tomás estaba tirada por toda la recámara, sus antigripales ocupaban todo el espacio del tocador y el rollo de papel de baño usado, arrugado y tirado por doquier, hacía que Tita tuviera que agacharse innumerables veces hasta el piso. Pero odiaba a Tomás mucho menos de lo que lo amaba, por eso, después de tantos y tantos años, seguía a su lado cuidándolo, lavando su ropa y haciéndole de comer. En el fondo, Tita sabía que si algún día ella faltara, la vida de Tomás perdería el rumbo y tomaría cualquier dirección hacia cualquier parte. Tita se sobresaltaba por las noches cuando estos pensamientos se le dibujaban claros y contundentes, y procuraba nunca faltar a su consulta mensual con el médico para evitar así morir antes que su esposo. La muerte -la suya- se había convertido en su mayor enemiga, la posibilidad de que llegara airosa, envuelta en su manto sombrío a llevársela antes que a él, la acosaba aún cuando leía o escuchaba música. Tomás era odioso, eso le quedaba claro: siempre hambriento; siempre ensuciando; siempre necesitado de todo, siempre falto de las capacidades más esenciales en cuestiones de limpieza básica; pero su vida se justificaba gracias a su existencia. Si Tomás no estuviese más a su lado, ella se derrumbaría para siempre en la mecedora porque no habría entonces razón alguna por la cual levantarse a vivir un nuevo día. Tomás, con todo y los muchos defectos que tenía, representaba, para ella, la vida.

Tita había limpiado toda la tarde, tenía lista la comida y estaba apurada porque Tomás le había insistido en que saliera a comprar más antigripales para pasar tranquilo esa noche. Tita pretendía ir a la farmacia cuando de pronto, como de la nada, un mareo le sobrevino y cayó al piso en un desmayo. Tomás escuchó el golpe seco y fue lo más pronto que pudo a la cocina. Se encontró con Tita en el piso e intentó levantarla, pero sus piernas, enfermas hasta los huesos, le impedían soltar las muletas. Llamó por teléfono a su vecina Dora, quien apresurada bajó las escaleras de los departamentos.

La situación de Tita no era grave; tenía principios de anemia y debía ser hospitalizada unos cuantos días. Desde su incapacidad, Tomás dio a su esposa los mejores deseos y la despidió con un beso en la frente. Tita, que se encontraba trepada arriba de un taxi, dio a Tomás una serie de instrucciones claras y precisas para el mantenimiento del hogar. Tomás no prestó mucha atención, sabía que no iba a mover un dedo: ya pondría orden ella cuando estuviese de nuevo en casa. El taxi partió hacia el hospital y Tomás entró en la casa.

Una de esas noches Tomás tuvo un sueño: Tita salía del supermercado y sufría un infarto directo y sin escalas al corazón. Se derrumbaba entre la gente que transitaba por la calle y era llevada al hospital. La noticia le era comunicada vía telefónica. La posible muerte de su esposa era real, y una angustia ácida impregnó su garganta. Al colgar el auricular se daba cuenta de que la casa era un verdadero desorden. Él, atado a una silla de ruedas, tenía que limpiar la casa y lavar la ropa; pero cada vez que intentaba levantar algo del piso o lavar cualquier cosa, la silla se movía hacia todas las direcciones impidiéndole hacer absolutamente todo. Entonces sentía mucha hambre y buscaba desesperado un poco de comida. Pero todos los cuartos a los que entraba estaban vacíos; hasta la propia cocina se había transformado en una habitación blanca y sin ningún mueble en su interior. Tomás comenzaba a llorar de impotencia porque sabía que Dios lo había hecho inmortal y que su amargosa situación se prolongaría por toda la eternidad. El sueño terminó con el llanto intenso de Tomás, y con el despertador cuando sonó fuertemente en la mesita al lado de la cama. Se levantó sobresaltado envuelto entre las cobijas y tomó las muletas para ir de prisa a la mesa del comedor a buscar una libreta y una pluma. Se sentó, y con los ojos llenos aún de lágrimas, escribió la más hermosa carta de amor que jamás escribiera nadie antes:

Querida Tita:

La casa está hecha un verdadero desorden y no tengo nada para comer. Necesito que me prestes cincuenta pesos y que vengas pronto a lavar mi ropa. Toda está sucia. He pensado mucho en ti y en los años que hemos pasado juntos. Hoy sé que no te cambiaría por nada del mundo. Extraño tus pasteles y el olor a desinfectante en el piso. Anoche tuve un sueño terrible y desde entonces una preocupación me corroe con su acidez la garganta; es tan maligna que creo que ésta noche no me dejara dormir. Rezo todo el día para que te recuperes. No olvides el dinero por favor amor. Hoy dormiré pensando en ti y en lo mucho que te necesito a mi lado.

Con amor: Tomás, tu Highlander; el que es todo tuyo…

La vida de ambos se resumió en la hoja amarillenta y arrugada de una libreta marca Scribe en la que Tomás garabateó aquellas palabras de amor; y navegó silenciosa desde ahí a los ojos de Tita mientras, tranquila, leía recostada en la cama del hospital gracias a Dora, su amable vecina que había ido de visita y que llevaba, entre otras cosas, el papelito que le había dado Tomás.

El corazón de Tita se sintió completo de nuevo; sacó de su bolso cincuenta pesos y los guardó en una pequeña bolsita de plástico. Dentro puso también, envuelto en una servilleta, un pedazo de pan que le había llevado esa tarde la enfermera como postre y que ella había guardado precavidamente para la mañana siguiente. El paquetito fue entregado y encargado cuidadosamente a Dora, quien, de muy buena gana, fungió como mensajera entre los esposos.

Esa noche fue una de las más tranquilas y serenas de los últimos tiempos. La placentera certeza de que había alguien que, por el simple hecho de existir, justificaba todo cuanto había vivido hasta entonces le llenó a Tita la boca de un suave sabor dulzón. Recostada en su cama, recordó el día maravilloso en que, de acera a acera, cruzó su mirada por vez primera con la de Tomás. Mientras tanto, el viejo roncaba con la boca abierta y, en su sueño tomaba forma, cada vez más claramente, el pan de limón que Tita sabía hacer como nadie.
Cuento dedicado a Alva Lai Shin
Fotografía: Brenda Ledesma

Noemí Mejorada at 1:51 PM

21comments

21 Comments

at 6:26 PM Blogger jerónimo said...

amor del bueno, codependiente como debe ser...jaja no, pero a cada quien le hace feliz diferentes cosas.

 
at 7:02 AM Blogger Samantha said...

Ay nena¡¡¡ qué bonito cuento¡¡, me encantó¡¡¡ Me conmovió muchísimo y no sé si hoy amanecí hormonal o si es el maldito cambio de horario pero estoy llorando con este post, chingado y en plena oficina, en fin, lo disfrutaré. :(

Besitos, te había extrañado¡¡¡ me da gusto ver que estás otra vez aquí.

 
at 10:54 AM Blogger Vala Sailhin said...

Andale, me dedicaron este cuento...creo saber porque!!...Espero tambien ver mi carota en las dedicatorias de tu libro, que bien merecido me lo tengo, me lo he ganado con sangre, ja...libro, que cuál libro? Sueños de Lavadora.Editorial Vavelia.2008...Proximamente a la venta....

Besos!!
Que bonito te requetequeda todito!!

 
at 11:09 AM Blogger LINO FONTANA said...

Grandioso Rotita!

Que bueno que has regresado, y con un hermoso relato de ése amor de años que suelen tener los viejos. Con sus defectos acumulados al paso de tanto tiempo, pero compacto, sólido, basado en las alegrías y penas compartidas de toda una vida juntos.

Una chulada!!! Como usté jajaja

Un abrazo y qué gusto que regresaste! :)

 
at 11:45 AM Blogger rogelio garza said...

pues no sé quién está peor de los dos, él o ella, pero los dos me provocan una combinación entre lástima y desprecio.

lo cierto es que por naturaleza las mujeres resisten más el dolor, su umbral es mayor. y son ellas las que mantienen en pie un hogar.

besos rotos!

 
at 11:59 AM Blogger Samantha said...

Oye rotita por cierto, hay un regalo para tus oidos en mi bosque, pensé mucho en ti esta mañana. Te quiero, besitos¡¡¡ :)

 
at 9:59 AM Blogger cervantes said...

que bien que volviste rota.. como siempre gran cuento, aunque los ancianitos jamas han sido mis personajes preferidos no se porque...

en fin ..

excelente como siempre un abrazo . !!

 
at 7:10 PM Blogger etrescolectivo said...

chirou por los comentarios.

Nos encantaría exponer allá en Guadalajara. estaría superchicles si tu conoces alguien pues armamos el contacto y chirowanx.

salud y pila

 
at 10:40 AM Blogger Seymus said...

Ancianos Ademyr??, yo pensé que estaba describiendo mi vida de casado, y eso que apenas llevamos el primer año.

Jaja, Nocierto Rota, mi mujer es testigo que no soy tan inutil. Saludos

 
at 7:01 AM Blogger Noemí Mejorada said...

Jerónimo: a mí me da miedo la codependencia, pero tienes razón,hay a quienes les hace verdaderamente feliz y que, incluso, no se imaginan la vida de otra manera...

Saludos!

Samantha: Ja, ja, ja. tu jefe ha de tener cara de ¿que pedo? ja, ja, ja... pero tu mándalo al cuerno y sigue conmoviéndote hasta la locura y el llanto con los cuentos que te tengo ya preparados...

El siguiente va dedicado para tí, y vas a llorar, pero de la risa, ya ves, mi nueva faceta de escritora payasa... jaja....

Te quiero...

Ah,y gracias por el regalito que me dejaste en tu blog, me alegró toda una tarde de quiacert´s...

:)

Ay Reina Galáctica: y cómo no te lo iba a dedicar si prácticamente me robo tu vida para escribir éste blog, ja, ja, ja... ahh, porque para los que no lo saben, ésta chica es protagonista de muchas de las historias que aquí se narran, sobre todo, en las que las susanadas son más evidentes...

Besitos chula...

Fontana: Muchas gracias por la flor, que lindo comentario. Oye, imagínate que un día terminemos así, envueltos en relaciones del tipo de la de estos dos viejitos: la reina galactica lavándole los chones a su señor marido,samantha a prepare y prepare de desayunar, comer y cenar a su viejito, yo, a lave y lave y planche y planche... tú, a pide y pide de comer... ja, ja, ja y así todos, ay nooo, que miedooo!!!

:)

beso!

Rogelio Garza: si es cierto eso del umbral del dolor... pero también es verdad que a veces exageramos poquito... je, je, je... yo, cuando tengo cólicos, engaño un poquitín a mis hermanitas para que me atiendan como reina... es una mentirita piadosa, y se portan re lindas conmigo, jo, jo... (no se crean hermanitas, ustedes saben que si me duele y gacho, sigan atendiéndome... ustedes también alvita y samantha...)

:)

Besos Rogelio, gracias por venir!

Ademyr: Ay, muchas gracias Ademyr.

A mí me gustan los viejitos...(en el buen sentido de la palabra ehh, no vayas a creer tú, que yo, ando echandole el ojo a señores mayores, jajaja...) si, me encantan sus historias... pero no te preocupes, ya no habrá más cuentos de ellos... de hoy en adelante en éste blog: PÍDALA CANTANDO!!! dime cuál personaje te late, y le hacemos su cuentooo...
Igual que tu blog, éste tendrá su lado interactivo...

Besos!

Estrescolectivo: Ahh, faltaba más muchachos... no dejaré de ir a visitarlos. Y espero verlos luego por acá. Prometo moverme a ver si se puede armar algo chido acá en Guadalajara y, en cuanto tenga datos, yo paso a su blog a informarles...

Abrazos!!!


Seymus: un año de casado? ay que padre... oye, y eres de los que reparan tuberías, los contactos de luz y esas ondas???

Abrazo!!!

Gracias a todos por sus finas atenciones... nos veremos en la próxima!!!

La rota

 
at 7:37 AM Blogger YaYa said...

a ha ha!!!

El ojo de Santa María esta leyendo tus comentarios...

No me engañarás mas...
...que dolor de cólico ni que nada...

 
at 9:00 AM Blogger Noemí Mejorada said...

Noooooooooooooooo!! he cavado mi propia tumbaaaa!

Ayyyy no lilita, es bromaaaa, hombre no te lo tomes tan a pechooooo...
;)
relaxxx... si me duele, me dueleeee!!

 
at 8:55 PM Blogger · said...

Charros!... ando muy sentimental.

Amor.

 
at 9:15 AM Blogger Pete...! said...

Estuve el fin de semana paseando y mirando parejas (no por morbo, sino porque había muchas en la calle), y vi unos gringos viejones que se pavoneaban y me hicieron pensar en tu historia.
A veces me imagino eso que tú dices, de cómo será mi vida en 30 o 40 años...

A veces quiero saber, y a veces no...

Saluditos Mimí!!!

 
at 11:24 AM Blogger Noemí Mejorada said...

Raúl Ernesto: Je, je... ya lo sé, de ese amor ya casi no se encuentra... tamos en tiempos de extinción...

:(

Citizen Pete: Mmmm, yo también me lo pregunto... muchas veces. Creo que sí voy a ser viejita, porque cargo como herencia la longevidad. Lo que no me puedo imaginar es el cómo. Y sabes? creo que tienes razón, porque me pasa igual, a veces prefiero no pensar en eso y seguir como hasta hoy: tranquileando nada más... ja, ja...

Besos Pete!!!

 
at 8:09 PM Anonymous Anonymous said...

Ay no!! pues yo ya me vi!!!! que miedo, me imaginé por un momento..y sí. Ni más ni menos.
Si así es ahora...no creo en 30 o 40 años cambie el asunto. Es lindo.
Me gustó muchooo!!!!!!!!!!!!!......
...besos hermanoto.

 
at 10:27 PM Blogger sirako said...

ay que bonito. ¿has visto la peli de "la secretaria"?

me encanta.

 
at 10:34 AM Blogger Pau Llanes said...

AVISO: ALGUIEN HA SUPLANTADO LA IDENTIDAD DE PAU LLANES Y VA HACIENDO COMENTARIOS DESPECTIVOS EN MI NOMBRE EN BLOGS CONOCIDOS Y DESCONOCIDOS...

Como saben los que asiduamente vienen a “Arterapia Sentimental” ése no es mi estilo ni modo de expresarme… Los que entráis indignados sabed que yo lo estoy igual o más que vosotros… y espero que con ayuda de todos podamos librarnos de esa plaga lo más pronto posible. Os agradecería consejos al respecto. La prueba más evidente de esta suplantación la tenéis en el logo de Blogspot que aparece a la izquierda de los comentarios auténticos, ya que yo siempre los hago desde mi cuenta. En el caso del/a impostor/a su logo es una peón de ajedrez, es decir anónimo… Lo que hace es direccionar a la URL de este blog… Por favor, os ruego borréis esos comentarios que no me pertenecen. Gracias por vuestra comprensión y disculpad estas molestias indeseables… Sed bienvenidos siempre a la lectura de “Arterapia Sentimental”… Un abrazo: Pau Llanes, su servidor...

 
at 10:59 AM Blogger Noemí Mejorada said...

Ok Pau, una disculpa entonces... es que a mi la gente arrogante me choca...

:)

 
at 8:53 PM Blogger Noemí Mejorada said...

Sirak:El bonito es usted!!! Ja, ja, ja.

Claro que la he visto Mr. Sirak, es la más hermosa historia de amor romántico que he visto nunca jamás!

Besitos!!!

 
at 1:01 PM Anonymous Anonymous said...

Yo sé, yo sé de dónde salió ese cuento!!! yo también la leí!!! la leí y era hermosa y me reí mucho y me dieron ganas de llorar!!

ji ji ji

qué chistoso...

Besitos <3

 

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